Creatividad en la Feria Navideña de Garachico

Hoy quiero contarles la maravillosa experiencia que viví en Garachico. El ayuntamiento de Garachico invitó a Flor de Mayo y a Eco Armonía a participar en una feria navideña, y la emoción fue inmensa. La idea era hacer manualidades con materiales de reciclaje con los niños que se acercaran a nuestra carpa. Mi compañera y yo pasamos varios días buscando qué hacer con los peques. Queríamos que fueran manualidades sencillas que pudieran desarrollar rápidamente, pero también que fueran creativas y divertidas.

Tras muchas vueltas y debates, finalmente nos decidimos por hacer unas tarjetas de cartón con botones, unos arbolitos con cartones de huevo, y unos renos y flores de Navidad con tubos de papel. Una vez que teníamos las ideas listas, empezamos a recoger el material. ¡Y qué odisea fue eso! Con muchas risas de por medio, pedimos a la familia y a los amigos que por favor guardaran todo lo que pudieran. El lema era «¡Prohibido tirar la basura!» Jajaja.

Nos dijeron que aproximadamente atenderíamos a 30 niños. Bueno, al fin llegó el día y nos fuimos disfrutando del paseo hasta llegar a ese hermoso lugar. Montamos todo rápidamente y los peques empezaron a llegar. Lo que se suponía sería una actividad planificada para dos horas, terminó durando cuatro. Y no solo atendimos a los niños, sino también a padres y madres que se unieron y elaboraron sus manualidades en familia.

Ver cómo los peques se sumergían en la creación de sus obras fue mágico. Cada botón pegado, cada trozo de cartón pintado, reflejaba una chispa de creatividad y felicidad. Los padres también se mostraron entusiastas, recordando quizás sus propios días de infancia. La actividad se convirtió en un verdadero taller de unión familiar, donde cada miembro colaboraba y disfrutaba del proceso.

Para nuestra sorpresa, atendimos casi el doble de peques de lo que habíamos planificado. ¡La suerte estuvo con nosotras porque llevamos material de sobra y todo quedó perfecto! Ver las caritas de los peques cuando terminaban sus manualidades fue un gran regalo. Esa mezcla de orgullo y alegría pura es indescriptible. 

Esta experiencia súper enriquecedora demostró una vez más que no hace falta mucho para hacer feliz a los niños y pasar un rato divertido y en familia. La creatividad y la simpleza de usar materiales reciclados no solo fomentaron la conciencia ecológica, sino que también reforzaron la importancia de los pequeños momentos compartidos.

Al final del día, mientras recogíamos y nos despedíamos de las familias, me di cuenta de lo afortunada que soy por tener la oportunidad de vivir momentos así. No solo logramos cumplir con la actividad, sino que también creamos recuerdos que, estoy segura, tanto los niños como sus padres atesorarán. A veces, las mejores cosas de la vida vienen en los momentos más simples, y esta feria navideña en Garachico fue una prueba viviente de ello.

Gracias a todos los que participaron y a quienes hicieron posible este evento. ¡Vamos por más momentos llenos de magia y creatividad!

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